PINTURA EL CRISTO DE LA AGONÍA DE MIGUEL DE SANTIAGO

EL CRISTO DE LA AGONÍA

(TRADICIÓN DE RICARDO PALMA)

FRAGMENTO

Hace muchos años leí esta tradición de Ricardo Palma y me llamó muchísimo la atención el relato tan increíble que narraba el tradicionista al lado de la biografía del genial pintor quiteño Miguel de Santiago (1626 - 1706).

En los capítulos III y IV de ese relato (que reproduzco más abajo) se narra cómo es que el pintor ecuatoriano encontró inspiración para pintar un cuadro que muestre la agonía de Jesús. Durante mucho tiempo pensé que ésta era una leyenda totalmente descabellada, y que el cuadro al que se refería esta tradición no existía y que todo era fruto de la imaginación de Palma. Hasta que me di cuenta de mi error.

Fue por el año 1999 cuando acudí a una exposición en el Museo "Pedro de Osma" de Barranco titulada "La Pasión en el Arte Quiteño" en donde en forma espectacular se mostraba a los mejores exponentes de la "Escuela Quiteña" en escultura, talla y pintura. Allí encontré muchas piezas de arte de finísimo valor artístico, pero lo que me cautivó desde el principio fue ver la pintura "El Cristo de la Agonía" del Maestro Miguel de Santiago. Sí... la pintura existía... estaba ante mis ojos el lienzo que desde niño sólo lo podía ver con la fuerza de mi imaginación. ¡Fue una experiencia mágica! ¡Inolvidable!

Cómo era de suponer, no se podían tomar fotos y me tuve que contentar con mirarla y grabarla en mi mente. Han pasado los años y no la olvido, pero cuando quiero contarle a alguien acerca de la leyenda de esta pintura, pues no se la puedo mostrar, porque ella se conserva en forma permanente en el Museo del Convento del Tejar, en Quito.

Busqué la foto en internet y no la pude encontrar... pero ¡Oh maravilla! Los libros todavía son insuperables para encontrar lo que uno busca. Encontré el libro titulado como la exposición a la que asistí y en la página 52 encontré lo que tanto busqué en vano en la web. He escaneado la imagen (y está tal como la conservo en mi mente) y quiero compartirla con todos los amantes de la pintura, historia, tradición, etc., para que puedan graficar lo que Ricardo Palma cuenta con tan vivos colores.

No sé si la tradición está basada en una leyenda o es una historia real... lo que sí puedo asegurar es que el cuadro existe y por eso lo pongo a su disposición:

Espero que les haya agradado la imagen.

Después de esta obligada introducción, les recomiendo que lean el fragmento de "El Cristo de la Agonía".

RAFAEL IRIARTE TORRES

EL CRISTO DE LA AGONÍA

(TRADICIÓN DE RICARDO PALMA)

FRAGMENTO

III

Cuando Miguel de Santiago volvió a aspirar el aire libre de la ciudad natal, su espíritu era ya presa del ascetismo de su siglo. Una idea abrasaba su cerebro: trasladar al lienzo la suprema agonía de Cristo.

Muchas veces se puso a la obra; pero, descontento de la ejecución, arrojaba la paleta y rompía el lienzo. Mas no por esto desmayaba en su idea.

La fiebre de la inspiración lo devoraba; y sin embargo, su pincel era rebelde para obedecer a tan poderosa inteligencia y a tan decidida voluntad. Pero el genio encuentra el medio de salir triunfador.

Entre los discípulos que frecuentaban el taller hallábase un joven de bellísima figura. Miguel creyó ver en él el modelo que necesitaba para llevar a cumplida realización su pensamiento.

Hízolo desnudar, y colocolo en una cruz de madera. La actitud nada tenía de agradable ni de cómoda. Sin embargo, en el rostro del joven se dibujaba una ligera sonrisa.

Pero el artista no buscaba la expresión de la complacencia o del indiferentismo, sino la de la angustia y el dolor.

-¿Sufres?-preguntaba con frecuencia a su discípulo.

-No, maestro -contestaba el joven, sonriendo tranquilamente.

De repente Miguel de Santiago, con los ojos fuera de sus órbitas, erizado el cabello y lanzando una horrible imprecación, atravesó con una lanza el costado del mancebo.

Éste arrojó un gemido y empezaron a reflejarse en su rostro las convulsiones de la agonía.

Y Miguel de Santiago, en el delirio de la inspiración, con la locura fanática del arte, copiaba la mortal congoja; y su pincel, rápido como el pensamiento, volaba por el terso lienzo.

El moribundo se agitaba, clamaba y retorcía en la cruz; y Santiago, al copiar cada una de sus convulsiones, exclamaba con creciente entusiasmo:

-¡Bien! ¡Bien, maestro Miguel! ¡Bien, muy bien, maestro Miguel!

Por fin el gran artista desata a la víctima; vela ensangrentada y exánime; pásase la mano por la frente como para evocar sus recuerdos, y como quien despierta de un sueño fatigoso, mide toda la enormidad de su crimen y, espantado de sí mismo, arroja la paleta y los pinceles, y huye precipitadamente del taller.

¡El arte lo había arrastrado al crimen!

Pero su Cristo de la Agonía estaba terminado.

IV

Éste fue el último cuadro de Miguel de Santiago. Su sobresaliente mérito sirvió de defensa al artista, quien después de largo juicio obtuvo sentencia absolutoria.

El cuadro fue llevado a España. ¿Existe aún, o se habrá perdido por la notable incuria peninsular? Lo ignoramos.

Miguel de Santiago, atacado desde el día de su crimen artístico de frecuentes alucinaciones cerebrales, falleció en noviembre de 1673, y su sepulcro está al pie del altar de San Miguel en la capilla del Sagrario.

RICARDO PALMA - 1867